La punzada de la certeza… aquélla que declara el fin con un dolor que invariablemente empieza en el estómago y termina en los dedos. La partida doble que juegan los recuerdos y sus proyecciones funciona como última oportunidad para retroceder o para tomar las maletas y abordar ese tren del pronto olvido.
Trepa el miedo, el siempre humano miedo a terminar solos. Pero de nada sirve aferrarse al escalofrío que provoca esa incertidumbre, si la alternativa es vivir con esa otra punzada: la del engaño.
No hay más salida: siempre nos toca una despedida. Pocas maletas y disposición para el olvido… el presente no exige más.
Trepa el miedo, el siempre humano miedo a terminar solos. Pero de nada sirve aferrarse al escalofrío que provoca esa incertidumbre, si la alternativa es vivir con esa otra punzada: la del engaño.
No hay más salida: siempre nos toca una despedida. Pocas maletas y disposición para el olvido… el presente no exige más.
Photo by Tarumrumba
1 comentario:
el engaño es algo muy desagradable, ante lo cuál, cada quién pensamos que es lo último a recibir de algún semejante
el hoy es lo que importa, el hacer las cosas es lo a cada quién reanima y que de alguna manera nos reconforta.
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