lunes, 19 de octubre de 2009

DESPEDIDA HALLADA EN UN BOLSILLO

La punzada de la certeza… aquélla que declara el fin con un dolor que invariablemente empieza en el estómago y termina en los dedos. La partida doble que juegan los recuerdos y sus proyecciones funciona como última oportunidad para retroceder o para tomar las maletas y abordar ese tren del pronto olvido.

Trepa el miedo, el siempre humano miedo a terminar solos. Pero de nada sirve aferrarse al escalofrío que provoca esa incertidumbre, si la alternativa es vivir con esa otra punzada: la del engaño.

No hay más salida: siempre nos toca una despedida. Pocas maletas y disposición para el olvido… el presente no exige más.



Photo by Tarumrumba