viernes, 3 de agosto de 2012

CONSECUENCIAS

Para mi musa de sonrisa encantadora

Él quería demostrar lo poco que le importaba. Se detuvo frente a la inmensa nada y descargó aquel insoportable peso. Cuentan las leyendas que tardó seis días; en realidad sólo hizo falta un segundo de ira e impotencia. Se creó un universo de cosas, animales y personas que nunca dejarían de admirarlo y adorarlo. Pero la distracción le duró poco, el dolor seguía palpitando en su pecho. Pocos días después abandonó su creación.
Ahora se dice que, en el tercer planeta de algún sistema solar, aquellos que surgieron de su desesperación buscan consuelo al venerar su ausencia. Pero a él no puede importarle menos, él sigue buscando la atención de aquella dama de ojos negros que, de un día para otro, dijo que ya no lo amaba.

Roxana Blancas