No sé por dónde empezar. No sé qué debo empezar. Soy como un
espiral cansado de tanto girar.
Si te lo cuento...
Dirás que estoy loca, que si algún día tuve algo de cordura,
la he perdido para siempre.
Me verás desde esa esquina, ésa en la que se miran los
objetos puntiagudos, peligrosos, y te alejarás de mí sin retorno.
Porque hay palabras afiladas...
En los márgenes, en las pequeñas afueras de tu mirada, en el
punto ciego de tu boca.
Y si se me escapan, te apuesto a que los dos sangramos.
Porque si de lastimarse se trata, no vamos a jugar juegos de
niños.
No sé si hay un comienzo, no sé si debe haber un principio.
Pero el fin de todo está cerca (entre tus labios).
RBC
1 comentario:
Descartes, discurso del método jejeje
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