Foto de Juan Patricio Chávez Revelli
―Tal vez es algo que sólo viene de noche, que se entrega en el alba como fugaz anhelo ―le dijo a Elena al oído intentando ver su cara entre la niebla. ―O tal vez sólo soy yo intentando decirte algo que ya no recuerdo, algo que ya no mereces. Sin contestarle, Elena se levantó, la miró con desdén y se alejó de ella lo más rápido que pudo. Lloraba como si la sangre que corría por sus venas estuviera destruyendo cada parte de su cuerpo. Lloraba con la certeza de que no podría aguantar una más. Se arrancó la llave del cuello mientras pensaba “esta vez no, esta vez todos sabrán la verdad”.
Roxana Blancas
2 comentarios:
Qué gusto da seguirte leyendo! Me imaginé a una persona corriendo por ese bosque hasta perderse.
Quiero más!
Corazón! Si no fuera por ti que me alientas en todo ya hubiera botado la pluma (o el teclado). Gracias por leerme siempre :D
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