Últimamente me asalta un enorme vacío en el estómago por las noches, cuando intento dormir. Pienso en los pendientes y me altero al darme cuenta de que hay tanto por hacer y que nada puedo resolver desde mi cama a las 12 de la mañana. Cuando me levanto y por fin es hora de resolver pendientes, cuando el tiempo sobra para tener todo listo, me paralizo, dejo volar el tiempo y al final del día me doy cuenta de que no hice nada. Podría pensar que lo floja que siempre he sido está alcanzando nuevos niveles, o podría pensar que simplemente tengo miedo.
Mi psicóloga decía que suelo sabotearme por miedo al éxito… yo pienso que es más bien miedo a tomar decisiones, miedo a equivocarme, miedo a no conseguir lo que deseo, miedo a tirar oportunidades a la basura, miedo a defraudarme, miedo a crecer, miedo a avanzar.
Desde las cosas más simples como ir a tramitar mi servicio social, sacar copias de los textos que necesito o ir a comprar los libros que leeré este semestre, hasta lo que costará un poquito más como ir a la Revista a decir que ya no estaré este año… me está costando TANTO trabajo. Y no entiendo, no entiendo cómo la ansiedad y el miedo pueden jugarme tan mala pasada.
Estoy en un punto determinante, un punto en el que mis decisiones puntearán el camino a lo que será mi vida después de la carrera. Y no sólo tengo miedo… tengo pánico… pero debo lidiar con él… en algún punto todos debemos saltar.