lunes, 11 de agosto de 2008

TANTAS VECES

Tantas veces (tu nombre)
Que se cae por aquí
Que falló por acá
No entiendes, pierdes la cabeza
El corazón sabe engañar (y te tendió una trampa).
Tantas veces el mismo rencor
Esa gana sin ganas
La cotidianeidad mediocremente en la costumbre
El alma entumida con falsas promesas
Hay que zarpar, pero no sabes cómo.

Tantas veces la misma palabra
La desesperación de la desesperanza
La constante vena del encuentro
Los pleitos que ni bien inician acaban con todo
A los ojos cansados de lo mismo ya no se les puede cegar.
Tantas veces el mismo sueño
Hasta que en verdad pasa
Y él salta por la ventana
Destroza lo poco que queda
Tiempo al tiempo: este es tu tiempo de desertar.
Tantas veces pude hacer las cosas distintas, tantas veces le busqué excusas a lo inexcusable, tantas lágrimas frente al hombre equivocado, tantos planes sin sustento.
Pero tanto y tanto se acabó, se acabó la negación y la mala imaginación.
Ser cobarde no significa no intentarlo una vez más…
Ser cobarde hubiera sido quedarme contigo.

Roxana Blancas

lunes, 4 de agosto de 2008

RUPTURAS, COMIENZOS, ESAS COSAS...

Planeo usar esta entrada para desahogarme, advierto que hay puras cosas de niña que pueden no ser del interés común, pero es mi espacio y en algún lado tenía que escribir esto.

Un año y medio de hacer todo con una sola persona no podía terminar bien. Y por más que te dicen "la estás cagando, date tu espacio, no dejes tus cosas ni a tus amigos" tú crees estar en control y crees tener el balance perfecto... hasta que ya no puedes hacer nada sola y ni cuenta te das; hasta que los amigos ya no hablan, ya no te invitan a fiestas y rara vez sales con ellos; hasta que esa completa dependencia se hace evidente y, aunque haya muchas cosas en la relación que ya no funcionan, te aferras y te engañas porque el miedo a estar sola es más grande que aquellas cosas que juraste jamás aguantar.

Entonces llega aquel punto de quiebre, ese momento en el que dices... ya no, ya no puedo aguantar otra así. Y aún así regresas, porque el miedo a no volver a encontrar a nadie vuelve a pesar más. Sigues en el engaño total sabiendo perfecto que las cosas jamás volverán a ser las mismas.

Y muchos más de estos momentos pasan... hasta que tu cuerpo te obliga a hacer lo que tanto terror tuviste por mucho tiempo, hasta que tu alma te hace evidentes las carencias que venías ocultando a diestra y siniestra.

"Bienvenida al mundo de la soltería"

-agh

Y aquí viene la depresión total, las lágrimas que salen y salen hasta que ya no hay más, las ansias, las preguntas, el arrepentimiento, las horas eternas y los días que no tienen fin, las salidas con esos amigos que no habías visto... pero que no resultan como esperabas. Y a pesar de que fuiste tú la que tomó la desición, las cosas no se sienten como imaginabas.

Y después... la aceptación, el tremendo y constante recordatorio del por qué de esa decisión, el ajuste a una nueva vida (porque vaya que esta me parece otra vida, no la mía, otra totalmente diferente) y el intento de depender de mí, sólo de mí y de nadie más.

Lo siguiente aún no lo conozco, intento vivir un día a la vez sin preocuparme por el siguiente... literalmente esto de los rompimientos es como la recuperación de una adicción. Con síndrome de abstinencia y toda la onda. Mientras tanto, ya vuelvo a disfrutar de la compañía de aquellos amigos que descuidé, y aunque por ahora no me interese absolutamente NADA con el sexo opuesto, no dejo de notar a esas rara excepciones que me hacen recordar lo que en verdad buscaba mi alma... y no quiero a un niño bonito, quiero un alma hermosa y una mente que me rete a ser mejor... finalmente acepto que "lo que no construye, destruye".


Lo amé con todas mis fuerzas y de eso no tengo dudas. No sé si algún día podamos ser amigos... en una utopía ya podríamos salir juntos sin problemas. Pero... él siempre será ÉL y eso de ajustarme a ser sólo su amiga no funciona ni en mi imaginación. Más contando lo incómodo de saber que él ya anda de putango... hombres, hombres al fin y al cabo.

Ahora debo admitir que sigo aterrada, ese miedo a empezar de cero y a estar sola se me atora en la garganta. Pero debo serme fiel a mí misma e intentarlo.

Lo extrañaré por un rato, se volvió una parte de mí. Pero eso no significa que no avanzaré. Un final no significa más que un nuevo comienzo...

Uff...